martes, 18 de octubre de 2011

La tinta indiscreta tiene el gusto de anunciarles que, gracias a sus visitas, a su apoyo, a su respaldo, y al contenido que juntos hemos desarrollado, se ha mudado a Yahoo Deportes, en una nueva aventura que augura tiempos de cosecha y de éxito al entrar en el máximo circuito de los portales y navegadores de Internet.

A partir de ahora, me pueden encontrar en los blogs de Yahoo (mx.deportes.yahoo.com), en donde los espero con mucho gusto. Esta no es una despedida, sino una bienvenida con un fuerte abrazo.

La tinta indiscreta.

martes, 27 de septiembre de 2011

Rosell vs Laporta, una batalla de egos

No es que la paciencia de Guardiola se esté acabando, sino que Rosell no ha sido prudente desde que asumió la presidencia del Barcelona. De la boca del presidente han salido manzanas envenenas contra la anterior Junta, dirigidas en su mayoría a Joan Laporta y a algunos miembros que conformaron su gabinete, a quienes acusa de dejar las arcas del club vacías y en números rojos, por lo que ahora enfrentan un proceso judicial que puede acabar con el embargo de inmuebles de los presuntos culpables.

La batalla que protagonizan Rosell y Laporta viene desde hace ya varios años atrás. Todo se remonta al año 2003, cuando el actual presidente del Barcelona consideró que era el momento oportuno para apostar por un Barça ganador, de tal forma que se convirtió en un pilar fundamental de la candidatura que encabezó Joan Laporta rumbo al sillón presidencial.

Las urnas le dieron la razón. Laporta se convertía en el nuevo presidente del club y Rosell en su nuevo vicepresidente. Al poco tiempo, Rosell conseguiría que Ronaldinho llegara al club. Laporta veía como su proyecto comenzaba a caminar con paso firme. La llegada del brasileño auguraba tiempos de cosecha para el conjunto azulgrana.

Sin embargo, las diferencias comenzaron a aflorar poco tiempo después. Rosell no veía con buenos ojos que Laporta utilizara al club como un trampolín para llegar al terreno de la política.

La dimisión de Rosell

El ruido fue en aumento hasta que se hizo inaudito. En 2005 Rosell abandonaba la Junta Directiva junto con otros cuatro directivos “por coherencia y moral” ya que, según aseguró años después el propio Sandro, para ese entonces Laporta ya no era el mismo que hacía dos años, y en la Junta se habían deteriorado valores como la democracia, la transparencia o el trabajo en equipo a favor del autoritarismo, la opacidad y la ambición de poder.

Laporta tenía otra visión del conflicto. En su libro “Un sueño para mis hijos”, de Angle Editorial, acusa a Rosell de comisionista, en concreto de haber querido forzar la marcha de Ronaldinho al Chelsea en 2004 por 100 millones de euros con una comisión del 10% que se repartirían entre los dos, lo cual, según el propio Laporta, fue una actitud que le indignó profundamente.

Ese era el comienzo de una larga batalla de egos, pero no la última. En 2008, el Barcelona no pasaba por un buen momento, las críticas en el plano deportivo iban en aumento. Era uno de los peores momentos que Laporta afrontaba como presidente. Muchos aficionados pedían su dimisión, pero no fue hasta el 7 de mayo, durante el Clásico, donde Joan fue duramente derrotado, pues se había aprobado una moción de censura en su contra.

Eso ocasionó que Laporta fuera cuestionado en las urnas. De haber perdido, hubiera tenido que adelantar elecciones y dejar el sillón presidencial, pero no fue así, y con un margen un tanto ajustado, logró ganar la votación y así seguir al frente del club hasta el final de su mandato.

La confianza de Laporta en Guardiola

Rosell no perdió la oportunidad de mostrarse públicamente contra Laporta, lo que empeoró aún más su relación. No obstante, y tras cinco años en el banquillo, Laporta decidió rescindir el contrato de Rijkaard, y contra todo pronóstico, y a pesar de las críticas, apostó por un hombre de la casa pero sin experiencia ni currículum, Pep Guardiola.

Desde ese momento, Guardiola nunca olvidaría el gesto de Laporta de nombrarlo entrenador del primer equipo. La jugada le salió redonda, ya que desde que el ‘filósofo’ asumió el cargo, el Barcelona sólo se dedicó a coleccionar títulos.

Pero llegaría el final de su ciclo presidencial, y con él, llegaría Rosell para cobrar venganza. Desde que el nuevo presidente asumió el cargo, Laporta no ha podido dormir. Le ha acusado de robarse dinero, de malgastar los billetes del club, de la pésima situación económica y de haber nombrado a Cruyff miembro de honor sin la aprobación de los socios.

Fue entonces cuando Guardiola salió al paso, más con la intensión de evitar un incendio dentro del club, que para defender a Laporta, y le pidió a Rosell y a su Junta Directiva que evitaran hablar de aspectos extradeportivos para no enturbiar los méritos deportivos que habían posicionado al club como el mejor del mundo y evitar que los jugadores se distrajeran con las negativas notas que se publicaban en los medios de comunicación.

Rosell deja de consentir a Pep

Rosell no hizo casó y continuó alimentando la hoguera. Pero además, dejó de consentir alguno de los caprichos de Pep. Vendió a Chigrinsky sin el consentimiento del técnico. Desestimó el fichaje de Cesc en su primer año a pesar del visto bueno de Guardiola. Pronosticó un 5-0 frente al Madrid que el de Santpedor lo consideró como algo imprudente. A Cruyff lo acusó desde hace años de manipular a Laporta y al club, y en su nueva etapa cuestionó la mención de honor que le hizo el Barcelona al holandés debido a que no fue bajo la aprobación de los socios. Y por si fuera poco, exhibió a Guardiola al asegurar que la 'operación Ibrahimovic' ha sido la peor de la historia del club.

Todo esto ha colmado la paciencia de Guardiola, que ahora defiende abiertamente la confianza que en su día le otorgó Laporta y critica las formas de Rosell. El distanciamiento entre técnico y presidente es evidente, pero la relación tampoco está rota. Hay que acentuar que las declaraciones del técnico en defensa de Joan, se dieron después de avalar y fortalecer la campaña de Rosell para que se aprobara lo del patrocinio de Qatar Foundation.

Pep no ha logrado apagar el fuego entre ambos mandatarios que ahora amenaza con quemar el club. Laporta hizo cosas maravillosas, le dio al club muchas alegrías y dejó un equipo con futuro. También lo acercó al abismo económico. Pero el club que desea Guardiola lo retrata la foto de este artículo, en donde dos presidentes, con estilos muy distintos, unidos por él, ponen la opinión de la masa social del club por encima de la rendición de cuentas. Y lo que quieren los socios es seguir ganando con o sin Laporta, y con o sin Rosell.

jueves, 22 de septiembre de 2011

El infierno turco o el romanticismo en las gradas

Cuando lo leí en la prensa, y la piel de mis brazos registró que mis bellos se habían puesto de punta, mi memoria se fue a los registros periodísticos de 1968 para recordar aquella ilustre idea de Raúl Álvarez Garín, aquel carismático líder del Movimiento Estudiantil en México, que en respuesta al escalofriante informe de gobierno del ex presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz, en el que aseguraba que de ser necesario haría uso de las fuerzas armadas para apagar el ‘incendio’ que habían creado los estudiantes, decidió proponer al Consejo General de Huelga llevar a cabo una manifestación silenciosa por las calles de la Ciudad, un suceso que, años después, fue considerado como el mensaje más inteligente que los estudiantes podían dar a la sociedad para desmentir al gobierno, el cual quería desprestigiar el movimiento acusándolo de promover la violencia en las calles.

Esa manifestación, en la que no se escuchaba más sonido que los pasos de los asistentes, y el mutismo interpretaba no la razón en sí, sino al ser más profundo, el ser moral del hombre, como dice Gilberto Guevara en su libro La libertad nunca se olvida, y que contrastaba con la violencia que ejercía el gobierno a través del ejército contra los estudiantes, me recordó -guardando las proporciones- a las recientes medidas que adoptó la federación del futbol turco para apaciguar la violencia en las gradas de sus estadios.

Cabe acentuarse que la hinchada de aquél país es sumamente violenta. La pasión desmesurada que los turcos tienen por el futbol se conoce ya como “El infierno turco”. La adrenalina en las gradas les corroe como la brisa del mar a los metales en los puertos, dejándolos en un estado propenso a la desintegración. Pero regresando a lo nuestro, y tras describir a los aficionados que se convierten en carniceros con cuchillos afilados cuando entran al estadio, y a propósito de la violencia, vale la pena contar las medidas que recientemente tomó la federación de aquél país para llevar el río a su cauce natural.

En julio pasado, el mítico equipo de futbol turco Fenerbahçe, que recientemente se había proclamado campeón de liga, había sido acusado de amañar 18 partidos para hacerse del título. Alrededor de 30 directivos, incluidos jugadores y cuerpo técnico, eran detenidos y la fiscalía pedía la encarcelación de su presidente.

Días después, el Fenerbahçe jugaba un amistoso en su estadio. La humillación e irritación por los recientes acontecimientos se manifestaba en los seguidores del mítico e histórico club allí presentes. De pronto, la combustión de emociones se hizo palpable y desembocó en una lamentable trifulca en el graderío, siendo la prensa y los fanáticos rivales los más afectados.

La federación decidió dar un castigo ejemplar al equipo y decidió negar la entrada a los hinchas radicales del club. Pero poco antes del partido del martes pasado decidieron cambiar la resolución por una medida más original, inteligente e incluso ejemplar que desnudaría a los pseudoaficionados que tienen secuestrado el balompié mundial.

El Fenerbahçe jugaría los dos próximos partidos ante público exclusivamente femenino y sin fines lucrativos. Asistieron 42 mil personas, incluidas las madres y hermanas de los jugadores, y mujeres y niños menores de 12 años. En un solo golpe de efecto, la federación turca había logrado marginar la violencia y demostrar que las mujeres también tienen tatuados los colores de su equipo pero lo demuestran con racionalidad. Vestidas de azul y amarillo, las gradas se hacía eco de sus palabras: “Este es el Fener y nosotras sus fans”. Sólo les faltaba lanzar flores al campo, llenarlo de romanticismo, regarlo con lágrimas de alegría, dotarlo de felicidad. De ahí, que mi memoria quisiera refugiarse en los archivos que tienen registro de la manifestación silenciosa de aquél año de 1968. El partido concluyó con empate a uno frente al Manisapor.

Foto: www.diarioregistrado.com

martes, 20 de septiembre de 2011

Mourinho enciende la hoguera


Mourinho ha terminado por contagiar a algunos de sus jugadores de esa rudeza que le suele acompañar cuando aparece frente a los micrófonos en las ruedas de prensa. El Real Madrid de ‘Special One’ promedia una tarjeta roja cada cuatro partidos, siendo sus defensas los más expulsados.

El portugués asegura que se debe a que los árbitros han orquestado una campaña en su contra por considerarlo una piedra en el zapato. Pero lo cierto es que sus palabras, en tiempos difíciles como son los que atraviesa el Real Madrid, siempre van acompañadas de provocación.

Este martes, Mourinho comparó la expulsión de Khedira y los incidentes antes de la conclusión del partido contra el Levante, con la pelea que se suscitó al final del encuentro amistoso que protagonizaron hace poco España y Chile.

“No me parece que lo de Khedira sea una tangana. En el España-Chile sí fue una tángana y dijisteis que era una cosa espectacular, increíble, que demostraba el espíritu del equipo, de jugadores que eran como hermanos. Si lo hace el Madrid somos un grupo de bandidos".

Las comparación que hizo el portugués no tiene sentido por dos razones. Primero porque generalizar la opinión de la prensa española deportiva es un error grave, ya que las diferencias que existen entre los diferentes medios de comunicación de la madre patria son tan grandes como el desierto del Sahara.

La segunda porque a diferencia de los que sucedió en el España-Chile, en el que los internacionales españoles fueron agredidos y éstos respondieron en defensa de sus integrantes, en el Real Madrid-Levante fueron los jugadores blancos, comenzando por Di María, los que iniciaron la agresión.

Pero más allá de la comparación, lo que hizo Mourinho fue encender fuego en un lugar peligroso. La selección española se ha convertido en algo sagrado para el aficionado a ‘La Roja’. Más ahora que se vio amenazada por la mala relación entre merengues y culés. Es un grupo intocable. Y a Mourinho se le ocurrió entrar ahí sin llamar antes a los bomberos.

Está claro que el portugués no midió sus palabras con la inteligencia que le acompaña. Porque de que es inteligente y exitoso, lo es. El problema es que está creando un ambiente ríspido, propio de una persona conflictiva e individualista, que ha terminado por extenderse en todos los campos de España.

El odio crece con cada palabra que pronuncia el portugués, lo cual termina afectando a su propia plantilla. Cristiano es pitado en toda España. A Pepe ya se le encasilla en el grupo de los más violentos. A Casillas, un intocable de la prensa, a veces se le cuestionan sus actitudes más propias de su entrenador.

Este miércoles los periódicos deportivos, incluidos los de la capital, critican la actitud del portugués. Y eso que apenas comienza la competencia. Mourinho ha perdido esa frescura que le caracterizaba, esa ironía que sacaba sonrisas, sus excusas se agotan como billetes en los bancos. Sus amenazas pierden importancia porque han dejado de ser espontáneas. A Mourinho se le agotan las ideas porque su esfuerzo está dedicado a ensombrecer al Barcelona y no a hacer que su equipo mejore y pueda superar en el campo a su acérrimo rival.

Foto: www.diariosdefutbol.com

lunes, 19 de septiembre de 2011

La rebelión de los humildes, el dedo inquisidor de Mou, y Pepe ‘el bueno’


Cuando parecía que el campeonato español se venía abajo por la debilidad de los humildes y la perfección de los grandes, aparecieron los villanos con cara de tontos para frenar el debate al menos por unos días. El conjunto azulgrana, que se ahogaba en un terrón de azúcar de tanto elogio, no pasó del empate ante la Real Sociedad la semana pasada. Ayer, domingo, al Madrid se le atragantó un hueso pequeño, y al parecer inocente, llamado Levante que lo desquicio hasta llevarlo al terreno de la derrota.

Contra todo pronóstico, ni el Madrid, ni el Barça, pueden hablar de liderato. Valencia y Betis lo hacen con prudencia, a sabiendas de que la gloria es caprichosa y así como llega se va. El Rayo, ese equipo de entusiastas trabajadores que bien podrían pedir dinero en las calles para completar sus sueldos, se está ganando nuevamente el respeto en Primera, mientras que Málaga, Atlético y Sevilla enseñan sus cartas al tiempo que los analistas seguimos considerándolos equipos de ‘segunda fuerza’.

Pero la realidad no es como la pintan. Pep también comente errores. Lo demostró ante la Real Sociedad en Liga y ante el Milan en 'Champions'. En ambos casos le faltó cerrar el partido, y se debió a que no hizo los cambios a tiempo que hubieran evitado los lamentos.

Lo de Mourinho es más evidente. Siempre hay excusa para todo, y cuando no la hay, el culpable no es el capitán sino los marineros. Pobres marineros. Pobre Khedira, que ha sido exhibido por su entrenador peor de lo que lo haría una revista del corazón con fotos suyas en pelotas.

El dedo inquisidor del portugués también señalo a los jugadores del Levante. Los describió como inteligentes por ser provocadores, marrulleros y teatreros, dejando claras muestras de lo que piensa de los suyos, y aunque no lo dijo, no hace falta mucha imaginación para decir que de los suyos piensa que son ingenuos, inocentes y cándidos, por no decir bobos.

Allá Mourinho. Y allá Pep, que aunque parezca que lleva años entrenando en Primera, a veces peca de inexperto.

Allá también Pepe, que reitera su perfil de criminal. Aún recuerdo el día en que, indignado después de ver como el defensa portugués, en un ataque de ira e impotencia, durante un partido Real Madrid-Getafe en el Bernabéu, intentó patear en la cabeza a Javier Casquero antes de que el mediocentro azulón cayera al césped, y no satisfecho, después le soltó un puñetazo a Albín en la cara, localicé a unas reconocida psicóloga del deporte español para conocer su opinión al respecto.

“Pepe le hubiese pegado igual a un objeto, a un saco, a una persona o a un balón. El exceso de tensión y frustración que acumuló Pepe y que descargó con la agresión a Casquero y posteriormente a Albín, fue producto de un hecho puntual”.

O sea que cuando Pepe tiene un exceso de tensión y acumula frustración puede confundir a una persona con un costal de papas y golpearlo como si fuera un objeto inerte. Miedo deben de sentir sus rivales al verle los ojos saltados y llenos de ira cuando va perdiendo. Nadie puede discutir lo bueno que es como futbolista, pero jugadores como él, se sentirían mejor en un manicomio que en un equipo de futbol.

martes, 13 de septiembre de 2011

La UEFA Champions League o el terrario de los camaleones


De todos los reptiles, quizás el camaleón es el más alucinante. Su peculiar morfología y su comportamiento, su mimetismo y sus dotes para la caza lo hacen diferentes al resto. Debido a ésto, la mayoría de los terrarios no se ajustan a los estándares establecidos para su cautiverio.

Como la UEFA Champions League tampoco se ajusta a los enclenques, a los cobardes y tímidos, a los calzonazos y endebles porque suelen convertirse en presas fáciles para los depredadores que ahí habitan.

La Champions de hoy en día deja pocas ventanas abiertas a la suerte y a la sorpresa. Se ha convertido en un bastión de tigres, de leones hambrientos, de delfines ágiles, de equipos que enaltecen la creación del juego prehistórico, el que se juega con los pies y no con las manos, ese que parece absurdo pero que se transforma en arte cuando lo llevan a la sublimación de sus amados.

Ese juego de pillos y descarados que está rodeado de errores humanos porque así lo permite la regla.

Ha vuelto el futbol de las emociones, el balompié de los grandes, como el traje oscuro que acompaña a uno cuando de ir a una gala se trata. Ahora los aperitivos cobran un sabor diferente, la televisión se enciende a 13.45 sin la necesidad de apretar un botón.

Vuelven los anuncios de PlayStation y de la cerveza extranjera de bote verde. Regresa el balón de las estrellas, ese que resbala con precisión en los mojados campos de Europa, en los rectángulos verdes de Londres y de Escocia.

Se volverá a escuchar el himno más bonito del mundo. Otra vez los estadios lucirán llenos, el olor a puro se difuminará con la iluminación del estadio, pues ha regresado el futbol de alta cocina, ha vuelto el espíritu de ‘La Orejona’. ¡Que comience la función!.

Foto: Santiago Cordera.

viernes, 9 de septiembre de 2011

La víctima es Mourinho


Mourinho se siente perseguido como si fuese un delincuente pero sin haber cometido un crimen. Las cámaras le acechan con sus mil y un lentes, le quitan la respiración, le llenan los sueños de pesadillas, se infiltran en sus libretas y hacen públicos sus apuntes. Lo delatan cuando le pica el ojo a Vilanova y cuando pisa a Cesc por ‘accidente’.

El portugués aseguró recientemente –ayer mismo- que hay una campaña en su contra y no sabe por qué. Cree que se gestó en Barcelona y es sustentada por la UEFA, por la Liga, por el Comité arbitral y por el famoso Roures, como si se tratase de un thriller al más puro estilo Hoollywood en el que el gobierno norteamericano, FBI y Pentágono, ocultan la verdadera identidad de un esquizofrénico con tintes de genio que dirige los servicios de inteligencia por miedo a que se siembre el pánico en las calles.

Sus delirios de persecución en los que hasta su sombra se convierte candidata a la sospecha, le han llevado a convertir el Real Madrid en un búnker como el que tenía Gadafi en Libia. Valdebebas no tiene las puertas blindadas, pero el portugués ha dado la orden de no dejar entrar a familiares y amigos del primer equipo a los entrenamientos a pesar de que esa costumbre se acentúa desde sus orígenes.

El avión en el que viaja la plantilla del Real Madrid no tiene misiles ni ametralladoras como los de Muamar, pero Mourinho ha revisado las cuentas del conjunto blanco y ha decidido encarecer los traslados prohibiendo la entrada a su transporte aéreo a periodistas a pesar de que los informantes han sido parte de la tripulación desde que los merengues se desplazan en transportes con alas.

Y es que más allá de la campaña que ha ‘descubierto’ Mourinho, el portugués, que se encuentra en una permanente crisis nerviosa que le produce alucinaciones y demencia, ha decidido aislar a sus jugadores y empleados, incluyendo a Florentino, de todo aquél mal que amenace con destruir su objetivo de convertir la exigencia a sus jugadores en una obsesión para destronar al mejor Barcelona de todos los tiempos.

Mourinho no quiere infiltrados como si del departamento de inteligencia se tratase. Se ha obstinado en que sus jugadores no se salgan del guión que él mismo escribió. Quiere controlarlo todo y en ese todo se encuentra el silencio y la marginación. Y todo porque el ex del Chelsea e Inter no sabe quién le picó el ojo a Vilanova, de quién tomó el ejemplo Marcelo para propinarle esa patada a Cesc, quién le pegó al panal de abejas y quién sentó a Casillas en el banquillo por haber intentado sembrar la paz haciendo una llamada a sus homólogos del Barcelona. Demencia senil o inteligencia mal encaminada.